No se como lo hizo, pero volvía a estar ahí. De pie, tras el eco de su sombra, a pesar de los arañazos, de las heridas, a pesar de la vida. Lo pensaban muerto, lo imaginaban abatido, roto en pedacitos pequeños para que no pudiera reconstruirse. Por ello habían luchado, mentido y comprado, para conseguir el sueño de hacerlo desaparecer. Y verlo otra vez, masticando el nombre de todos ellos, les llenó el Alma de asco y el rostro de terror. No entendían cómo, mucho menos el porqué, y lo mejor, es que no sabrían el cuándo. Sabían que iría por ellos, como hacen los animales heridos, un poco por necesidad y mucho por rencor, el que habían despertado en él tras cada golpe que le asestaron. Entendieron por fin, que ellos lo habían hecho fuerte, que ellos le dieron la vida, que en su afán de acabar con él no habían hecho más que fortalecerlo, que aquella pérdida no fue mas que la estrategia para colocar las piezas antes de asestar el golpe de gracia. Y ahí estaba, en pie de nuevo, hombre y sombra, luz y oscuridad, todos en uno, amedrentando al mismo miedo para pagar con creces, lo que un día le hicieron…