Siempre has sido competitivo, muy competitivo. Y es precisamente ese gen ganador, retador, el que te ha llevado a conseguir todo lo que tienes hoy en día, y más aún, a ser la persona que eres. Aquel pequeñín que eras, camuflado tras una cara de niño apocado, se escondía un gigante que jugaba como nadie al fútbol, inteligente y algo más maduro de lo que debiera para su edad, aunque todo se torció cuando se hizo del Barcelona. Has sacado casi sobresaliente en la vida, formando un cuarteto como familia, donde todos tocan la misma sinfonía sin desafinar ni una sola vez. Con ellos embarcaste en la mayor aventura que uno pueda imaginar, dejando atrás por unos años una vida asentada en España para conocer por unos años, otra cultura, otras gentes, enriqueciendo aún más, una vida ya plena. De lágrima fácil, hace años que entraste en este selecto grupo, pasando a ser un pellejero más. Te has ganado a pulso nuestro respeto y cariño, tapizando de siestas nuestros viajes y alimentando nuestras risas y felicidad. Atrás queda aquel Capitán América que pasó demasiado tiempo alejado de nosotros. Por si aún no te queda claro, te hemos echado mucho de menos. Y ahora… ahora toca volver a estar completos cada jueves, organizando juntos, disfrutando juntos, viviendo juntos. Tienes tiempo de sobra para aprender a jugar al pellejo. Para otras cosas, sabemos que eres el Grey del grupo… 50 años te han visto pasar. Otros tantos te esperan impacientes. Solo deseo que sean tan felices como los ya vividos.