Desde abajo

Ya sabes como va esto papá. Hoy cumplirías años y yo te felicito y te recuerdo. Pero no creas que solo te recuerdo hoy. Pasas tantas y tantas veces por mi cabeza, a pesar de que ya no andes como antes por mi casa. Tu olor, ese que de vez en cuando flotaba al entrar en el piso, se ha esfumado definitivamente. Por él sabía que andabas aún por aquí. Y quizás aún rondes por estos lugares, cuidando, protegiendo y vigilando. Quién sabe…

Lo cierto es que en 6 días, harán 15 años que tu futuro se evaporó. Y es ahora que puedo decir que te comprendo cada vez más. Es ahora que entiendo las razones y imagino los porqués. Es ahora que me duele todo lo que te estás perdiendo y más aún, lo que perdimos. Tienes unos nietos preciosos. Algunos te rozaron y otros llegaron después, pero me hubiera encantado que hubieran conocido al abuelo Santiago. Al de verdad, a la persona que eras cuando no eras rehén del alcohol, al que recuerdo con una sonrisa. Al que me enseñó a jugar al ajedrez, al que aparece entre las letras de Serrat, de Alberto Cortez, de Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina. Al lector, al escritor, al rebelde. Cuanto heredé de ti, hasta esa parte oscura que nos martiriza de vez en cuando. Yo he aprendido a vivir con ella, a aceptarla, a aceptarme, y puedo decir que soy muy feliz. Tu hijo, el nervios, se ha tranquilizado, aunque sigue gesticulando con las manos al hablar, y le cuesta borrar de la mente el día que nos vimos por última vez. Supongo que estaba destinado a que fuera yo el que te encontrara, no en vano, fui la persona que más odió y la que más te quiere. Por eso estas palabras, por eso mis recuerdos, para no dejarte desaparecer con el tiempo y el olvido.

En fin papá, solo que quería felicitarte desde aquí abajo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solve : *
22 − 7 =