Soy oscuridad y me escondo tras la luz. Justo ahí donde el brillo no permite ver, impidiendo que me descubran. Habito en la bipolaridad, en ese cruel juego de destruirme y volver a recomponerme, sufriendo al compás de mis pensamientos. Lucho por detener a la bestia, mantenerla a raya, en mi jaula interna. Allí sólo puede dañar a una persona… Regalo felicidad. No me sobra pero prefiero darla a quién de verdad la merece, y dejo que se acerquen a mí, evitando que conozcan mi verdadero rostro. Detalles sin importancia cuando lo importante no eres tú. Me han tenido por salvador, y han aprendido con dolor, que son más felices cuando estoy lejos. Y trás tantas aventuras, mi fortaleza sigue intacta y oculta mi madriguera. Eso es lo más seguro para todos…